OPINIÓN
Jose María Barrientos (*)
Tenemos el mejor clima del mundo. En verano también.
Según el estudio realizado por Thomas Whitmore, director de investigación climatológica de la Universidad de Syracusa (EEUU), publicado por Consumer Travel Publications en 1996, con el título "Índices de los Climas más Agradables”, las Islas Canarias disfrutan del mejor clima del mundo.
Esto tiene una sencilla explicación geográfica: Las Islas Canarias están situadas entre el Ecuador y el Trópico de Cáncer, entre los cero y los treinta grados de latitud norte. “Latitud de Vida”, como dice nuestro slogan turístico actual, por cierto muy acertado.
El estudio está basado entre otras cosas en comparativos de las estadísticas meteorológicas de más de seiscientos lugares del mundo, teniendo en cuenta los días de lluvia al año, la temperatura del aire o la temperatura del agua.
Según Biorn Lyng, el empresario noruego creador de lo que hoy es el Grupo Anfi, el mejor clima del mundo se encuentra entre los barrancos de La Verga y Tauro, basándose en percepciones personales ya que el pasaba grandes temporadas por esa zona del municipio de Mogán en la isla de Gran Canaria.
Nuestro verano también cuenta con un factor climático regulador que no es otro que nuestros vientos alisios, que regulan nuestras temperaturas estivales impidiendo que superen la franja de los 25 a 27 grados.
¿Entonces porque nuestros clientes no nos consideran un destino de verano? Con lo que ello supone de menor ocupación, precios más bajos y por lo tanto perdida de volumen de negocio de nuestro sector turístico.
La respuesta es bastante lógica: en los países emisores de los turistas que nos visitan, se tiene la imagen de que nuestro clima en verano se torna africano y es caluroso, ventoso y poco aconsejable y por otro lado, es una cuestión de competencia entre destinos, ya que en verano entran en el mercado una serie de ellos que tienen que cerrar en invierno por los rigores de su climatología y, por ello, tienen menos tiempo útil de negocio anual y les incomoda que otros destinos como los nuestros, puedan tener actividad turística a lo largo de todo el año. Es lo que podríamos llamar simplemente estrategia comercial de nuestros competidores, útil también para los TTOO por lo que supone la bajada de precios y la disponibilidad cómoda de camas.
El próximo verano, el de este año 2016, va a ser un verano de práctica temporada alta dado el gran índice de demanda, provocado entre otros factores por los “turistas prestados” de la Primavera Árabe y también por lo que significa el nuevo rumbo de la comunicación y el marketing turístico de Canarias: “Latitud de vida”
También en verano Canarias es Latitud de Vida y esos clientes que nos van a visitar masivamente este año durante el estío, seguro que van a volver encantados. Está en nuestras manos fidelizarlos. Hagámoslo profesionalmente bien. Gracias por ello.
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