SECTOR PRIMARIO / SURESTE
Ante la competencia de Marruecos así como la falta de ayudas al transporte provocan la caída de las asociaciones

Respecto a las sociedades existentes hace 20 años destacan la pionera Counaga, San Rafael de Vecindario con almacén propio y que tras una crisis a principios de este siglo terminó cerrando hace cinco; Cooperativa Limitada del Campo (Colicam), fundada en 1979 y que llegó a contar con más de 50 socios, siendo sus marcas más conocidas Coli, Arti, Suprema y Élite; Yeoward, fundada en 1984; Sociedad Cooperativa Molino Blanco del Doctoral (Moblandoc) de Cruce de Sardina y Cooperativa La Orilla, domiciliada en Pozo Izquierdo; también desaparición la sociedad Valerón.
Además, de las cooperativas citadas han tenido actividad la Comunidad Agrícola El Cruce, siendo los comuneros más importantes fueron Juan Bonny y S. Sánchez; Framape y Los Nicolases y la Comunidad Cauce y muchos pequeños empresarios. "Evidentemente ha habido una reducción de hectáreas de cultivos de tomate en el Sureste", apunta Manuel Rebollo.
El especialista en historia del tomate en Gran Canaria y Canarias, Manuel Rebollo, indicó que en el Sureste "no ha habido tantas cooperativas como podría parecer, pues, a las cooperativas les costó triunfar en el Sureste, por muchas razones, entre los que destacan problemas de coordinación y confianza, junto a los cupos de exportación". En Ingenio, Agüimes, Santa Lucía y San Bartolomé han habido también pequeñas producciones que han preferido que recojan sus tomates y los exporten otros.
La etapa de mayor producción al aire libre se sitúa en la zafra 1938-1939, en la que Santa Lucía cultivaban 1.378 hectáreas, Agüimes 550 e Ingenio otras 110 hectáreas. "Si en aquella etapa había algo más de dos mil hectáreas de tomateros, en 2010 solo había 410 hectáreas, ya que se fueron reduciendo a partir de la segunda guerra mundial, con lo que en los 60 años últimos se han dejado de cultivar unas 1.600 hectáreas", indica Rebollo. Una hectárea equivale a 10.000 metros cuadrados. En los últimos 15 años han seguido perdiéndose zonas.
"Las razones han sido la crisis del sector de tomate por falta de ayuda al tomate y al transportes, los altos costes de producción, la competencia de Marruecos y de la Península", indica el presidente de Counaga, Antonio León. Además, a finales de la última década del siglo pasado y primera de este siglo, los cultivos han tenido que hacer frente a varias plagas.
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